Pues hoy en "La Columna" iban a hacer un reportaje de las diferencias en la seducción de los hombres y las mujeres, pero ya me dolía la cabeza y he apagado la tele. ¿Realmente hay tantas diferencias entre hombres y mujeres? Cada vez pienso que somos más iguales de lo que decimos que lo somos. Por supuesto que seducimos diferente, porque sino no habría ni heterosexuales ni homosexuales, a todos nos gustaría todo. Pero, ¿buscamos cosas tan distintas? No sé... Black porn solo busco que me mimen un poquito y que se dejen mimar...
Y esto de los homosexuales y los heterosexuales me ha recordado que una vez leí que los bisexuales eran más felices. ¿Será verdad? ¿Realmente puede condicionar tu sexualidad tu felicidad? Vale, el sexo es importante, pero también hay otras cosas importantes... Aunque las penas con pan son Aquí...
Hoy estaba en el metro, oscura, gris y monótona, cuando te he visto. ¿Cómo no verte? Ibas leyendo, atento a unas palabras a las que envidio porque no son mías. Poco a poco tu magia me ha ido llenando de colores y de una felicidad que siento que no merezco. He seguido observándote descaradamente detrás de un escudo con forma de carpeta, viendo como seguías tu lectura. Y me imaginado que bonito sería que me leyeses cada noche antes de irme a dormir a tu lado. Compartiríamos sueños de castillos lejanos, playas desiertas, paisajes envolventes y héroes fantásticos.
¡Qué escalofrío he sentido al ver tu mano sostiendo con cuidado, casi podría decir que con cariño, al libro! Con ella podrías dibujar mi cuerpo despacio, lo moldearías y me harías sentir casi perfecta.
Y me ha dominado un sentimiento infantil cuando he querido congelarte para nunca más te movieses. Así tendría una estatua de ti para mí sola, y te recorrería con mis dedos a mi antojo.
Y me he enamorado de ti, del lector que no esperaba encontrar.
Malditas palabras que hacen que las observes a ellas en lugar de fijarte en mí. ¡Las odio!
Y esto de los homosexuales y los heterosexuales me ha recordado que una vez leí que los bisexuales eran más felices. ¿Será verdad? ¿Realmente puede condicionar tu sexualidad tu felicidad? Vale, el sexo es importante, pero también hay otras cosas importantes... Aunque las penas con pan son Aquí...
Hoy estaba en el metro, oscura, gris y monótona, cuando te he visto. ¿Cómo no verte? Ibas leyendo, atento a unas palabras a las que envidio porque no son mías. Poco a poco tu magia me ha ido llenando de colores y de una felicidad que siento que no merezco. He seguido observándote descaradamente detrás de un escudo con forma de carpeta, viendo como seguías tu lectura. Y me imaginado que bonito sería que me leyeses cada noche antes de irme a dormir a tu lado. Compartiríamos sueños de castillos lejanos, playas desiertas, paisajes envolventes y héroes fantásticos.
¡Qué escalofrío he sentido al ver tu mano sostiendo con cuidado, casi podría decir que con cariño, al libro! Con ella podrías dibujar mi cuerpo despacio, lo moldearías y me harías sentir casi perfecta.
Y me ha dominado un sentimiento infantil cuando he querido congelarte para nunca más te movieses. Así tendría una estatua de ti para mí sola, y te recorrería con mis dedos a mi antojo.
Y me he enamorado de ti, del lector que no esperaba encontrar.
Malditas palabras que hacen que las observes a ellas en lugar de fijarte en mí. ¡Las odio!